Resumen:
El Proyecto de Voluntariado Universitario “Saboreamos lo que producimos”, vincula a docentes y estudiantes de la Facultad de Agronomía (UNLPam) con familias de la Fundación Nutrin perteneciente a la red CONIN en Santa Rosa, La Pampa.
La educación alimento-nutricional es un proceso dinámico en el que las familias, personas y/o comunidades incorporan, reafirman o cambian sus conocimientos y actitudes en cuanto a la producción, preparación y elección de alimentos. En este aspecto, la Fundación trabaja en la prevención y recuperación de la desnutrición infantil, mediante la educación y capacitación de las mamás de los niños. Este Proyecto articula las acciones realizadas por la Fundación en relación a la intervención alimentaria y nutricional, y la producción aportada desde la Universidad.
Los objetivos son promover hábitos de alimentación saludable así como sus beneficios; revalorizando y destacando la huerta familiar como estrategia para la autoproducción de alimentos. Asimismo, se pretende un acercamiento de los estudiantes universitarios a las prácticas de trabajo comunitario.
La población destinataria la conforman un grupo de 10 madres que asisten a Nutrin. Se realizó una convocatoria abierta en la Facultad de Agronomía y se inscribieron como voluntarios, 18 estudiantes.
La metodología de trabajo consiste en una visita semanal a la casa de cada madre a cargo de un grupo de docente y estudiantes, donde se coordinan las actividades a realizar.
Actualmente se encuentran en marcha cuatro huertas familiares, donde participan cuatro mamas, doce estudiantes y cuatro docentes.
En el marco del Proyecto que permanece vigente, se ha realizado: Taller de presentación (Facultad, Fundación), visitas semanales a cada domicilio, entrega de semillas; planificación, diseño y construcción de las huertas, presentación de avances en la Fundación.
Como avances parciales del Proyecto se destaca la participación continua de los estudiantes así como el cuidado y mantenimiento de las huertas por parte de las mamas. Cabe señalar que se han hecho partícipes de la actividad otros miembros de la familia; siendo la huerta un espacio de encuentro y vinculación familiar. Las madres se demuestran interesadas y son multiplicadoras de la experiencia en la Fundación, motivando a otras a participar de la misma.